Así es queridos amantes del vino, existe un sin fin de cepas de las que se obtiene esta exquisita bebida. Por lo tanto, antes de afirmar con soberbia que somos “conocedores del vino” es importante al menos descubrir y probar algunas de sus variedades. Y comento esto porque no es raro encontrarnos en un restaurante que ofrece Merlot o Sauvignon como LAS opciones, seguramente debido a que son las cepas que poseen una mayor reputación dentro del mundo vinícola, por lo que resulta un tanto normal que sean precisamente éstos los vinos que hemos probado y que por ende, solemos elegir.
Pero afortunadamente hay una variedad enorme de cepas, lo que nos promete un agradable viaje juntos para descubrirlas, sea a través de sus agradables notas y sabores, sea por su terrible destino en nuestro paladar.
En Francia, país vinícola que suele disfrutar del vino de manera frecuente, es normal sentarse a degustar casi cualquier platillo con un buen (o a veces regular) vino de mesa. Este es el caso del primer vino de “mesa” que probamos en casa de nuestra anfitriona en Paris. Julie nos ofreció el Matayac 2012 para degustar una deliciosas salchichas alemanas, las cuales distan mucho de parecerse a las salchichas tipo “hot dog” que solemos ver en los supermercados mexicanos. Se trata de salchichas de mayor tamaño y mejor sabor. Son realmente deliciosas, y sí, ¡muy grasosas ! Este Matayac 2012 provenía de las cepas de tipo tannat, cultivadas al sudoeste de la France. Sus aromas eran parecidos al tabaco, a la canela y hasta pude identificar un ligero toque afrutado. Perfecto para el fuerte sabor de los embutidos…
Una excelente recomendación para carnes, embutidos y patés. À la votre !
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