Elegir el vino adecuado para cada ocasión es todo un arte: hay que tomar en cuenta el tipo de comida que usarás para maridar, las personas que lo consumirán y, muy importante, la cantidad de dinero que estás dispuesto a gastar en la botella que comprarás. Una de las mayores inseguridades que mucha gente suele tener cuando compra un vino para compartir con otras personas es la elección de uno que sea de la calidad adecuada. Uno nunca quiere que parezca que el vino que ha comprado es demasiado barato o corriente, pero ¿realmente vale la pena comprar vinos excesivamente caros? Aquí te contamos cuáles son las claves necesarias para saber cómo distinguir un vino barato cuando lo bebes. Esto también puede ser de gran utilidad cuando acudes a restaurantes y ordenas algún vino de su carta, para saber si te están cobrando de manera excesiva o si realmente estás obteniendo la calidad por la que estás pagando.
La complejidad de su constitución
Los sabores que se perciben cuando pruebas un vino pueden ser sencillos o pueden tener una profundidad y complejidad que los convierten en toda una experiencia sensorial. Cuando pruebas un vino, ¿qué matices puedes detectar? Encontrar los sabores que aparecen en un vino es parte de la manera en que lo disfrutamos. Encontrar las diferentes sutilezas que se manifiestan y que atraviesan nuestras papilas gustativas es toda una experiencia que sólo puedes encontrar en los vinos buenos. Un vino demasiado barato en realidad tendrá un sabor muy plano e incluso suele predominar el sabor a alcohol. El problema en estos casos es que no todas las personas que toman vino están acostumbradas o listas para detectar estos sabores. El conocimiento llega con la práctica y poco a poco verás que irás descubriendo nuevos horizontes dentro de tu experiencia vinícola.
El balance de sus características
Probar el vino debe ser una experiencia agradable de principio a fin. Cuando alguna de las características de esta bebida está disparada esto causa un problema en el balance y convierte a la experiencia en algo lejos de ser agradable. Esto no significa que un vino deba ser plano, al contrario, las particularidades de cada uno son las que los vuelven especiales frente a las experiencias de los consumidores. Un vino con cierta acidez, o cierta astringencia, con presencia de ciertos taninos, todos pueden ser buenas experiencias para el consumidor mientras encuentren un balance adecuado con el resto de las características. Esto también es importante a la hora de decidir los alimentos con los que acompañarás el vino en caso de que lo vayas a hacer.
El retrogusto y su permanencia
La experiencia a la hora de beber un vino incluye muchos pasos distintos. Una de las etapas sucede después de haber tomado el trago de vino, la prolongación de la experiencia puede ser agradable o no tanto. Cuando la permanencia del sabor es buena, el sabor evoluciona de maneras agradables permitiendo que la persona que está degustando el vino experimente muchas sensaciones distintas. La experiencia, cuando se trata de un vino malo o barato, puede ser de dos maneras: ya sea que el sabor se esfume rápidamente sin dejar mayor huella, o que, en cambio, deje un sabor persistente y desagradable. Cualquiera de las dos opciones es terrible para la experiencia y puede arruinar completamente la ocasión en cuestión.
La resaca
Finalmente, la resaca es una de las peores secuelas de tomar un vino barato o un vino malo. Muchas veces, aunque te excedas un poco en la cantidad de alcohol que consumas, si este alcohol es de buena calidad tu organismo lo resentirá menos que si tomaras un vino de mala calidad. La sed, el dolor de cabeza y el malestar general que pueden traerte los vinos baratos terminan siendo un precio muy caro por pagar para ahorrarte un poco de dinero. Ante todo, toma en cuenta que es muy importante consumir todo con moderación, pero que cuidar la calidad de los productos que ingieres es sumamente importante para tu salud a largo plazo.
Invertir en un buen vino, si es que el vino es una bebida que disfrutas, siempre es una buena decisión. No es necesario derrochar miles de pesos en una botella de vino, pero siempre vale la pena tomarte el tiempo para investigar sobre las opiniones de los expertos, las reseñas, consultar a algún experto e informarte sobre los detalles del vino que consumirás. No tengas miedo de buscar las recomendaciones para que gastes tu dinero con conocimiento de causa y no te vayas a llevar sorpresas desagradables. Recuerda que en muchas ocasiones vale la pena invertirle un poco más a aquello que consumirás para asegurarte de disfrutarlo como lo deseas y de que tu cuerpo esté recibiendo la calidad de bebida que se merece. Conocer sobre vinos es algo que se va desarrollando con el tiempo y la práctica, así que vale la pena tomarte las cosas con calma e ir explorando este vasto mundo que es el de los vinos y sus distintas posibilidades y sorpresas escondidas. Verás que vale la pena descubrir sus maravillas con calma.