Para conocer bien un vino hay que saber identificar los matices de sus propiedades. Uno de los elementos que más tienen influencia en los procesos de elaboración del vino y es la acidez. La acidez en el vino tiene que ver con los ácidos libres o compuestos que provienen de la uva y de la fermentación. Los grados distintos de fermentación influyen en la cantidad de acidez que tenga. Hay distintos tipos de ácidos que influyen en esto, aquí te explicamos un poco sobre ellas.
Ácido tartárico
Este es un ácido particular que se encuentra presente en todos los vinos. Es el ácido que más se resiste a la descomposición de las bacterias.
Ácido málico
Este ácido desaparece poco a poco durante el proceso de maduración de los vinos. Es un ácido que es mucho más notorio en vinos blancos, rosados y vinos espumosos.
Ácido succínico
Este es uno de los ácidos menos comunes y le da un sabor muy particular al vino.
Ácido láctico
Este ácido es uno de los más comunes y surge de la fermentación del azúcar de la uva. Puede ser formado por levaduras, bacterias o azúcares.
Sobre el equilibrio
Los ácidos pueden equilibrarse dentro del vino de acuerdo con el alcohol, los taninos y los azúcares. Estos equilibrios son clave para comprender el funcionamiento del vino y la manera en que reacciona con nuestros paladares. Al final, todo es cuestión de gustos, pero nunca está de más estar informado sobre los procesos que entran en juego.