Para seguir nuestra ruta hacia la Francia continental, era necesario pasar por la ciudad de Ajaccio. Esta hermosa ciudad portuaria ofrece al visitante múltiples opciones: museos, restaurantes, tiendas y bares nocturnos. Gracias a su clima templado es posible realizar caminatas diurnas o nocturnas para recorrer sus calles y plazas. Las noches son especialmente atractivas pues existe un ambiente festivo de jueves a domingo.
Justo en el centro de la ciudad descubrí un sitio excepcional: La Cave du Cardinal. Este lugar, combinación de vinatería y bar, propone una selección de vinos para degustar y para comprar. Cuenta con una amplia variedad de cepas, y aunque las de la región corsa acaparan la mayor parte del espacio, también ofrece una variedad importante de botellas provenientes de los mejores viñedos franceses. ¡Champagne incluida!
Este sitio especializado, sería el sueño de cualquier enólogo, pero también lo es para los amantes del vino, pues ofrece periódicamente cursos y degustaciones a grupos reducidos en su cava. Pero la historia no queda allí, por las tardes del fin de semana esta vinatería se convierte en un bar à vin, es decir, un bar que sólo vende vino. Además, se pueden encontrar deliciosos quesos artesanos, patés y fois gras. Un sitio que realmente vale la pena conocer.
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