En este mundo todo tiene su razón de ser o almenos la gran mayoría de las cosas tienen un porque, las copas de los vinos no son la excepción pese a que muchos de los que somos amantes del vino pero aún somos de cierta manera nuevos en el asunto no lo imaginaríamos (no amenos a detalle), siempre vemos recipiente altos y alargados y enseguida sabemos que se trata de un champagne pero pocas veces nos detenemos a pensar cual es objetivo real de la estructura de dicha copa, en el mejor de los casos pensamos que es por las burbujas que genera y aunque es cierto, no es en sí toda la razón. Asi que analicemos entonces un poco más sobre cada una de las copas existente si tú como yo te encanta conocer este tipo de datos.
En principio encontramos que para los vinos tintos la copa perfecta se llama Borgoña y debe ser redonda, ancha y con bastante espacio, con el objetivo de que el liquido se oxigene o se oree, ésta ideal tanto para vinos jóvenes como para viejos.
Por otra parte, para aquellos vinos blancos lo mejor será una copa de Burdeos la cual es más angosta que la anterior, pero más alargada del tallo su principal su objetivo es mantener frio el liquido y exaltar las notas afrutadas de éste.
Finalmente como ya te lo imaginarás la flauta de champagne es perfecta para los vinos espumosos pues su forma larga y alta retrasa la perdida de gas, conservando más tiempo su sabor y composición.
Es importante señalar que aunque no parezca, la forma de las copas influye en calidad del vino, no mejora lo inmejorable pero si potencia los buenos y exquisitos sabores y aromas.
¿Qué te parece?