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Aguas para cata, ¿cuáles sí y cuáles no?

Lo primero que tenemos que aclarar es que existen tres tipos de agua:
1) la potable o purificada (agua natural, agua tranquila, agua “simple”)
2) la naturalmente mineralizada
3) la gasificada

La primera categoría es toda aquella agua que proviene de un filtro o fuente natural sin minerales. La segunda es la que, a través de su proceso natural de filtrado, se enriquece de minerales, como pueden ser magnesio, fósforo, potasio y silicio, entre otros. La tercera es a la que se le inyecta CO2 (dióxido de carbono), sin importar si es potable o mineralizada por naturaleza.

Michelle Carlín, embajadora de las marcas S. Pellegrino y Acqua Panna, nos explicó por qué el pedir “agua mineral” en un restaurante es un término erróneamente usado. “Al pedir esto, uno espera un agua gasificada, un agua con gas. En Europa, en cambio, traerían un agua tranquila mineralizada. Habría que educar al respecto”, dijo la sommelier.

Acqua Panna es un agua mineral natural sin gas, de sabor ligero, aterciopelado y suave.

¿SABÍAS QUE…?
30 años dura el viaje de filtración de S. Pellegrino. Desde el deshielo en los alpes italianos hasta su recolección en la terma, ubicada en Lombardía.

AGUAS GASTRONÓMICAS

Aunque Carlín no recomendó el uso de Acqua Panna y S. Pellegrino para la preparación de pastas y platillos en general (“sin duda el sabor sería diferente, pero saldría un poco caro”), aseguró que ambas marcas son altamente recomendables para hidratarse durante una cata de vino.

“Por el tema de la armonización”, indicó la experta. “Muy frecuentemente nadie piensa en el agua, no se le pone la debida atención, lo cual es un error, pues este solo elemento puede echar a perder toda la ecuación. Se eligen con tanto cuidado los alimentos y los vinos que, si algo sale mal, es fácil culpar al chef o al sommelier, pero el agua es importantísima, ¡tiene el poder de cambiarlo todo!”.

Actualmente se venden más de mil millones de botellas de S. Pellegrino en 135 países.

¿SABÍAS QUE…?
Acqua Panna proviene de la Toscana y tiene un filtrado natural de 15 años.

De acuerdo con @Mina.Wine, en la primaria nos mintieron, pues el agua no es completamente incolora, inodora e insípida sino que, al igual que un vino, se puede catar en nariz, vista y boca, y ese es justamente el reto: que sus propiedades no anulen las del vino, sino que potencien las positivas y disminuyan las negativas, como una extrema acidez o un alto nivel de alcohol.

“El agua tiene que ser, con respecto al vino, ligeramente más suave para que no lo invada ni lo nulifique, sino que lo complemente, lo ensalce. En algún momento uno se le puede sobreponer al otro, pero lo ideal es que caminen de la mano. En una cata lo que menos queremos es un distractor, y si el agua te sabe mal te vas a enfocar en eso. En cambio, si hay armonía, será una experiencia positiva, en donde uno enriquece al otro”, expresó la licenciada en gastronomía.

“Para una cata de vinos necesitamos un agua que no reseteé el paladar cada vez que se prueba. Lo que necesitamos es un agua que hidrate y al mismo tiempo permita encontrar las bondades del vino”.- Mina Carlín, embajadora de las marcas Acqua Panna y S. Pellegrino

Mientras que S. Pellegrino se convierte en la mejor opción para catar vinos tintos, Acqua Panna es la ideal cuando de vinos blancos y rosados se trata. “La razón es que los vinos blancos y rosados suelen ser más sutiles, por lo que Acqua Panna –un agua baja en minerales– es perfecta; S. Pellegrino –un agua altamente mineralizada– puede jugar con los taninos, la astringencia, la acidez, el alcohol. En otras palabras, un vino con color y cuerpo necesita un agua igual”.

Finalmente recordar que las aguas gastronómicas (como se les llama a este tipo de aguas premium) deben servirse SIN HIELO, a una temperatura de entre 8 y 10 grados centígrados. “Lo cual no es tan frío si tomamos en cuenta que se dispersa en el contenedor, llámese copa o vaso, donde se pierden 1 o 2 grados, más otro par que se va mientras platicas en un lugar a temperatura ambiente”, ahondó Carlín. Tampoco se recomienda añadirles cítricos ni frutos.