Es bien sabido que en ciertos países Europeos el consumo de vino es bastante común a la hora de la comida como parte de su dieta diaria, lo cual ha permitido que los científicos se dediquen a buscar los beneficios que éste elixir proporciona. Siendo así, en una investigación reciente llevada a cabo en Estados Unidos publicada en una revista llamada Annals of Internal Medicine, se demostró que beber vino tinto provee al cuerpo de diversas mejorías, como promover la buena digestión, controlar los niveles de colesterol y permitir un mejoría en los ciclos de sueño.
En dicho estudio se encontró que después de dos años, las personas que acostumbraban beber vino blanco redujeron considerablemente sus niveles de triglicéridos, en comparación con aquellos individuos que solo tomaban agua simple, por su parte aquellos que consumieron vino tinto lograron incrementar los niveles de colesterol “bueno” en la sangre hasta en un 10%, disminuir la grasa corporal, los niveles de azúcar y los síntomas de la hipertensión arterial.
Hablando en especifico de las personas que padecen diabetes tipo 2 se hallo que aquellas que beben alcohol con moderación, por supuesto, tienden a tener una mejor salud que aquellos que no lo hacen. Existen muchas controversias alrededor de estas afirmaciones ya que algunos científicos dicen que el consumo de sustancias alcohólicas dificultaría el procesamiento de la glucosa, sin embargo otros especialistas comentan que el vino es rico en polifenoles de origen vegetal, los cuales han demostrado que tienen un impacto benéfico en la salud de las personas que lo consumen.
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