El vino es una pasión y aunque no es imprescindible saber los detalles de un vino ni las etapas de su apreciación, las experiencias siempre se vuelven más enriquecedoras cuando contamos con un poco de información. Imagínate: si de por sí disfrutas tremendamente tomar una buena copa de vino, ¿cómo mejoraría la experiencia si supieras distinguir entre sus sutilezas y sus matices? Cada vino tiene una gran cantidad de sorpresas inesperadas por descubrir, sólo es cuestión de que te informes sobre las maneras de apreciarlo y te dejes llevar por el viaje sensorial. Aquí te contamos cómo apreciar un vino de la manera adecuada.
Las reacciones individuales
Las experiencias a la hora de probar un vino cambian radicalmente de persona a persona, cada organismo reacciona de manera distinta a los estímulos causados por el vino. Por eso, las opiniones respecto a un mismo vino pueden cambiar, ya que cada quién aprecia los aromas y sabores de manera distinta.
Verbalizar las impresiones
La mejor manera de apreciar los matices y sutilezas de un vino en particular, así como sus diferencias con otros vinos, es poner en palabras las impresiones que te dejen tanto el sabor como el aroma. Si encuentras similitudes con otros sabores (como, por ejemplo, hablar de notas cítricas, afrutadas, a madera, a tierra), podrás comunicar de mejor manera las particularidades de cada uno de los vinos que pruebes y, a la vez, comprender y aterrizar las impresiones para más adelante poder compararlas con otras y llegar a la conclusión de cuáles son tus vinos favoritos. Una buena recomendación es registrar las experiencias que tengas con cada vino para así comenzar a acostumbrarte a evaluar el vino que bebas y apreciarlo de manera más explícita.
Entender qué hay en tu copa
Antes de comenzar a apreciar cada copa de vino que pruebes, puedes adelantarte en la experiencia conociendo un poco más sobre el tipo de vino que estás probando. Lo primero que debes de saber es en qué categoría cabe, de esta manera sabrás qué esperar. Hay que conocer las especificidades del color para poder entender a primera vista de qué tipo de vino se trata, así como los datos del país de origen, las uvas usadas para producirlo, la edad del vino, el nivel de taninos y acidez, etc. También vale la pena investigar sobre el maridaje perfecto de este vino con alimentos por si quieres consumir algo más mientras lo bebes. Así estarás seguro de tener la experiencia completa.
Saborearlo
Ahora, con toda esta información en mente, sabrás un poco hacia dónde dirigir la exploración del vino en cuestión. Hay que tener en cuenta que tu lengua debe estar limpia (es decir, es bueno tomar agua simple antes de beberlo). Primero hay que permitir que el vino respire (de aquí vienen los tamaños de las copas) y probar un trago muy pequeño para poder tener una primera impresión. Hay que prestar mucha atención a todas las sensaciones que se suscitan con este primer contacto en las papilas gustativas, con el contacto con el aire, y el sabor que queda al final (es decir, el retrogusto).
Evaluarlo
Ah0ra, hay que comenzar a evaluar la experiencia que tenemos con el vino. Hay muchas maneras distintas de hacer esto, puedes compararlo con otros vinos del mismo tipo que hayas probado anteriormente, por ejemplo. Una de las formas más inmediatas es decidir si encontraste placentera o no la experiencia antes (es decir, en cuanto al color y sus comparaciones con los estándares de este tipo de vinos; el aroma, si es un aroma agradable o no; el sabor, si es ácido, dulce, penetrante, etc; y el retrogusto, si es duradero, efímero, agradable o desagradable). Si quieres volver más específica la experiencia, el siguiente paso es encontrar similitudes entre los sabores que encuentras en el vino y otros sabores más identificables: si sabe a frutos rojos, a frutos cítricos, a alguna especia como canela o vainilla, a madera, etc. Por otro lado, es importante pensar en la cantidad de alcohol que se percibe al gusto, así como la acidez que encontramos, y qué tan fuerte es el sabor distintivo del vino. ¿Es dulce? ¿Es ácido? A partir de estas valoraciones y con un poco de práctica poco a poco podrás ir encontrando tus maneras personales de maridarlo con comida y así lograr una experiencia enriquecedora, placentera y muy estimulante para tus sentidos.
Sé paciente
Esto es lo más importante: el mundo de los vinos es un mundo muy vasto, lleno de sorpresas y distintos rincones por explorar. Es un territorio inabarcable y ahí radica lo fascinante que es. Por esto vale la pena destacar que no hace falta que te presiones, como en todas las áreas del conocimiento, explorar el mundo de los vinos requiere tiempo, esfuerzo y paciencia. Con la práctica podrás ir detectando cada vez más características y distinguiendo de manera más clara entre vinos distintos, lo que también hará que tu experiencia sea cada vez más rica. No te presiones demasiado, conversa con gente que sepa al respecto, infórmate y tómate las cosas con calma. ¡Recuerda que el objetivo siempre es disfrutar!