La etiqueta del vino representa su mejor carta de presentación.
La etiqueta debe incluir datos de interés como la procedencia del vino, quien lo produce, con que variedad de uva está elaborada, grado alcohólico, la capacidad de la botella, etc. también nos encontraremos la clasificación del vino, una información obligatoria que nos indicará el amparo bajo el cual se rige el vino: Denominación de Origen, Vino de la Tierra, Vino de Pago, etc.
Junto a ella nos encontraremos la añada, que nos informa del año de recogida de la uva a partir de la cual se ha elaborado el vino. Este dato es uno de las más importantes, ya que la calidad de la uva varía de una temporada a otra, fruto de diferentes condicionantes como pueden ser, por ejemplo, los climáticos.
Además, conocer la añada, nos permitirá conocer también la edad del vino, que se diferencia uno de otros por el tiempo que ha pasado en barrica y embotellado. En líneas generales, nos encontraremos con vinos joven, crianza, reserva y gran reserva, fundamentalmente.
La información que se suele incluir en la etiqueta frontal contiene los siguientes datos:
Marca del vino.
Nombre de la bodega.
Nombre del envasador (si no fuera el mismo que el bodeguero).
Vinificación (solera, crianza, reserva, joven, gran reserva, …)
Añada
Porcentaje de volumen de alcohol: El grado alcohólico se expresa en porcentaje de alcohol en relación con el volumen total del líquido. Si bien es cierto que la mayoría de los vinos poseen una graduación alcohólica que oscila entre los 11 y 13% vol, hay algunos más suaves, como el italiano moscato d’Asti, que sólo llega a los 6% vol, o más fuertes, como los vinos generosos (el oporto puede superar los 20% vol). El alcohol aporta estructura, untuosidad y sabor dulce. A mayor cantidad, mayor estructura, densidad y potencia.
Tipo de uvas empleadas en su elaboración. Para poder denominar varietal a un vino, debe estar elaborado con el 85 por ciento de una misma variedad de uvas. Cada variedad tiene sus características y se refleja en su color, aroma y sabor, que dependen de la zona de producción.
Cantidad de vino que contiene en centilitros.
Nº de botella de la denominación correspondiente.
La inclusión de la denominación de origen a la que pertenece es obligatoria (si es que el vino pertenece a una denominación de origen cualificada), mientras datos como el tipo de uva o los resultados de la cata pueden no incluirse. La inclusión del número de botella es obligatoria. El consejo regulador de la denominación de origen correspondiente, emite las etiquetas en función del número de botellas permitidas para cada bodega.
Todo ello se calcula en función del número de hectáreas de viñedo que posea cada bodega. Los etiquetados actuales son muy diversos y van desde los más sobrios (los vinos de Jerez, algunos vinos de La Rioja y de la Ribera del Duero), hasta los que buscan un diseño más atractivo, con colores vivos y formas irregulares.
Contra etiqueta
La contraetiqueta es la que aparece en la parte posterior de la botella, también contiene información relevante sobre el vino. Una de ellas es el tipo de uva que nos arroja información sobre la variedad o variedades de uva que se ha empleado para su elaboración.
La historia de la bodega
Junto a ella, encontraremos el porcentaje de volumen de alcohol, un dato obligatorio, que nos mostrará el grado de alcohol en relación al volumen de la botella.
Por último, hay otro tipo de informaciones que también se incluyen en esta parte de la etiqueta, las notas de cata que ha obtenido el vino que vamos a degustar, y las propuestas de maridaje, que pretenden asesorar al consumidor sobre cómo armonizar el sabor de los platos en función del vino que van a disfrutar.