Si alguna vez han visitado un viñedo se habrán dado cuenta de que al inicio de cada parcela hay una rosa sembrada. Se pudiera creer que esto es un elemento decorativo, pero resulta que no es así. Las rosas que suelen plantarse al inicio de las líneas de viñas tienen una función preventiva. Así como lo leen. Las rosas suelen advertir al viticultor si un indeseable amigo hongo, parásito o enfermedad están por atacar a la noble vid.
Esta manera empírica de proteger al viñedo sigue siendo efectiva aún en nuestros días, pues siendo la rosa una planta muy delicada de cultivar y más vulnerable ante enfermedades, suelen enfermarse primero, dejando así suficiente tiempo al viticultor para actuar con rapidez y proteger el cultivo de la vid.
Lo dicho, las rosas además de hermosas son protectoras de los viñedos, fuente de nuestros placeres. Ya lo saben queridos lectores, la próxima vez que vean una rosa recuerden que sin ellas no habría placer vinícola. À la rose !