Resulta ser que hace unos días se llevó a cabo en la Habana Cuba un simposio sobre vinos californianos, donde diversas empresas que se dedican a la producción vinícola aprovecharon para expresar su creciente interés de ingresar en el mercado del país que un día viera a Castro como su presidente, por su parte los cubanos expresaron sentirse emocionados con la idea de poder adquirir productos de U.S.A después de años llenos de relaciones diplomáticas complejas y un poco tensas, en primer instancia por la calidad de los productos y además por que consideran que dichos vinos están ganando y transformando el mercado con miras de volverse productores superiores que países europeos e incluso de los hispanos.
Lo anterior también representa un gran avance para Cuba en cuestiones de consumo vinícola, pues poco a poco el porcentaje de personas que decide a gastar su dinero en esta bebida que tanto nos gusta, aumenta de manera considerable, al mismo tiempo que el turismo incrementa y las relaciones de compra-venta con otros países aledaños se fortalece, lo que su vez se traduce en mejoras económicas nacionales.
Como puedes darte cuenta el vino en esta ocasión ha servido como una brecha conciliadora entre dos países con ideologías completamente distintas. Es fascinante así mismo, darnos cuenta de la manera en que tanto la bebida como sus beneficios se van expandiendo poco a poco a diversas partes del mundo, aumentando la frecuencia de su consumo su compra-venta y por supuesto los lugares de producción.
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