Cuando hablamos de suelo, relacionado con la viticultura, los tres elementos más importantes a tener en cuenta son la composición, el agua y los nutrientes.
Composición del Suelo
El suelo se encuentra por encima de la roca subyacente y puede tener desde unos pocos centímetros hasta varios metros de profundidad. El suelo se compone de partículas de rocas de diferentes tamaños, así como de piedras o rocas más grandes, humus (materia orgánica) y nutrientes.
Partículas, Piedras y Rocas – Provienen de la roca subyacente o de depósitos que se fueron acumulando más tarde sobre ésta y que dan al suelo su nombre; por ejemplo, caliza, pizarra, etc. Sin embargo, es el tamaño de las partículas del suelo lo que tiene mayor importancia. Los mejores suelos son los que se componen de una mezcla de diferentes tamaños de partículas.
Humus – Está compuesto por materiales vegetales y animales en descomposición que son ricos en nutrientes y que tienen excelente capacidad de retención de agua.
Nutrientes – Consisten en elementos tales como nitrógeno, fósforo y potasio que están disueltos en el agua existente en el suelo.
El suelo ideal para la viticultura tiene relativamente pocos nutrientes y buen drenaje, pero es capaz de almacenar suficiente agua para sustentar a la vid durante la temporada de crecimiento.
Suelo y Agua
La calidad de la uva se ve afectada por la capacidad del suelo para controlar el suministro de agua.
Idealmente, el suelo de un viñedo necesita suministrar buena cantidad de agua al inicio de la temporada para ayudar a un crecimiento fuerte de las vides.
Después del envero, el suelo debe reducir el suministro de agua, induciendo un ligero estrés hídrico en las vides, lo que fomenta la maduración de las uvas. No hay un suelo ideal que cumpla con todos estos requisitos. El agua se almacena en el suelo uniéndose a las partículas de arcilla o al humus. También puede haber agua en la roca subyacente.
Suelo y Nutrientes
Los nutrientes más importantes son el nitrógeno, el fósforo y el potasio.
Las vides no necesitan altos niveles de estos nutrientes para poder desarrollarse. Si los niveles de estos nutrientes son demasiado altos, sobre todo los de nitrógeno, la vid crecerá con demasiada fuerza y producirá una densa masa foliar que dará excesiva sombra a la fruta. Poco se conoce sobre el impacto total que la nutrición de la vid tiene en las uvas y en el vino.
No es posible determinar aún con certeza hasta qué punto la diferencia entre vinos se puede atribuir a los nutrientes y no a sutiles variaciones en otros factores como el clima, la orientación y el suministro de agua.