Un nuevo horizonte para el vino mexicano

En medio de paisajes volcánicos, a las faldas del Ceboruco y en el corazón del altiplano de Jala, Nayarit empieza a escribir su primera página en la historia del vino mexicano. Aunque no es una región tradicionalmente asociada con la vitivinicultura, hoy comienza a destacar como un valle emergente con un potencial tan fresco como prometedor.

El pionero en esta aventura es Meseta del Cielo, el primer viñedo comercial de Nayarit, fundado en 2019 en el municipio de Jala. Rodeado de montañas, suelos volcánicos y un microclima templado, este proyecto ha apostado por cepas europeas adaptadas al terroir local.

Las primeras etiquetas nacen de Syrah: tinta, especiada y con cuerpo, así como de Macabeo: blanca, fresca y con acidez equilibrada. Estas variedades se aclimatan al suelo volcánico, dando origen a vinos únicos en México.

Aunque aún se considera un proyecto boutique, Meseta del Cielo cuenta con varias hectáreas plantadas y producción artesanal, orientada tanto al mercado local como al turismo enológico. Hasta la fecha, es el único viñedo comercial registrado en Nayarit, lo que lo convierte en una joya solitaria —y valiente— en el panorama nacional.