El misterioso encanto del vino naranja: Una antigua tradición que renace

En los últimos años, el vino naranja ha dejado de ser una rareza para enófilos curiosos y ha llegado a incluirse en las cartas de vino más innovadoras. Su historia milenaria, su color ámbar intenso y su gusto complejo lo hacen una bebida que desafía las fronteras entre lo esperado y lo inesperado. Pero ¿qué es un vino naranja y por qué lo están disfrutando tanto las personas en todo el mundo, México incluido?

Un viaje al pasado: el origen del vino naranja

Aunque suene moderno o innovador, el vino naranja tiene sus orígenes en la antigüedad. Su procedencia se remonta a más de 5,000 años en Georgia (este de Europa), donde los vinicultores fermentaban las uvas blancas enteras que antiguamente representaban el único modo de hacer vinos. 

Este antiguo método, que tenía como objetivo utilizar cada uno de los elementos de la uva, daba como resultado un vino con matices dorados y sabores potentes, muy diferentes a los del vino blanco convencional.

Para el proceso de vinificación se utilizaban ánforas que eran almacenadas bajo tierra, donde además eran recubiertas de cera para evitar la excesiva oxidación de la bebida.

¿Cómo se elabora el vino naranja?

Para comprender el proceso de elaboración del vino naranja, primero es necesario conocer cómo se produce un vino blanco. Ambos comparten un origen común: las uvas blancas. Sin embargo, la diferencia clave radica en el tratamiento de las cascaras de la uva durante la vinificación.

En la producción tradicional de vino blanco, las uvas se prensan en bodega mediante maquinaria especializada que extrae el jugo de la fruta— separándolo de las cascaras, que son descartadas inmediatamente.

En cambio, el vino naranja se elabora dejando las cascaras en contacto directo con el jugo durante la fermentación. Este proceso, conocido como maceración prolongada, permite que compuestos aromáticos, taninos y pigmentos naturales se integren al vino, dando lugar a su característico color y complejidad sensorial.

Gracias a esta técnica, los vinos naranjas pueden presentar una amplia gama de tonalidades, desde el dorado intenso hasta el ámbar profundo. La duración de la maceración influye directamente en la intensidad del color, así como en la textura, el cuerpo y el perfil aromático del vino.

Las uvas detrás del color

El vino naranja no depende de una sola variedad de uva: prácticamente cualquier uva blanca puede transformarse bajo este método. Sin embargo, algunas se prestan mejor por su estructura y piel más gruesa. Entre las más utilizadas están:

  • Pinot Grigio y Sauvignon Blanc (Italia y Eslovenia)
  • Rkatsiteli (Georgia)
  • Chardonnay y Gewürztraminer (Francia y Estados Unidos)
  • Muscat o Moscatel (Mediterráneo y América Latina)

En cada región, las características del terroir y el tiempo de maceración dan lugar a interpretaciones muy distintas, desde vinos ligeros y aromáticos hasta expresiones profundas, salinas y especiadas.

¿Cuál es el sabor de un vino naranja?

Si tuviéramos que describirlo en una oración, diríamos que el vino naranja combina la frescura de un vino blanco con la estructura de un vino tinto. En la boca, es seco y tiene una leve astringencia debido a los taninos; sin embargo, mantiene una buena acidez y una sensación táctil más intensa.

Es ideal para quienes buscan algo diferente: una experiencia que se siente además de consumirse. 

El vino naranja en México: un descubrimiento en expansión

Aunque todavía es una categoría joven en nuestro país, México ya cuenta con productores que experimentan con este estilo. En regiones como Querétaro, Baja California, Coahuila y Guanajuato, algunas bodegas han comenzado a elaborar pequeños lotes de vino naranja, apostando por la curiosidad de los consumidores y el auge de la viticultura artesanal.

Un ejemplo es el RGMX Naranja, donde sus primeras notas son cítricas, como cascara
de naranja, de limón. Abriendo en copa, deja percibir los aromas secundarios, de
fermentación, con una nota láctea, dada por la fermentación en barrica. Tiene un grado de alcohol de 13.4% de alcohol, una temperatura de servicio entre 8-10° C  y con una capacidad de guarda de 10 años.

Se puede maridar con carnes blancas, platillos cremosos y postres con frutos secos.

https://rgmx.mx/products/rgmx-naranja?srsltid=AfmBOopBh5bxBN5e9KWbESRMiMwdgPrgmTEpKNAMenh8NSMmnlCQwoPf

Un vino que invita a redescubrir el tiempo

El vino naranja simboliza, más que una tendencia pasajera, un reencuentro con los fundamentos del vino: la tierra, la paciencia y la fermentación como manifestación natural. Esta bebida nos hace recordar que ciertas cosas, como el buen vino, requieren tiempo para mostrar su auténtica naturaleza en una época caracterizada por la velocidad.

Por lo tanto, cada copa de vino naranja es una invitación a brindar por lo verdadero, lo imperfecto y lo ancestral, así como a viajar en el tiempo.