A veces es complicado encontrar el punto ideal de temperatura del vino que te encuentras próximo a consumir, en especial en épocas donde el calor es demasiado y el tiempo del que dispones para enfriar la botella es limitado, es por ello que nunca está demás tener en cuenta ciertos trucos sencillos y prácticos que te permitan helar tu bebida sin que alteres de manera significativa su composición o su textura gustativa.
En principio y antes de comenzar a hablar de otra cosa, lo que tienes que saber es que el hielo está contraindicado totalmente para el caso de los vinos blancos, la razón es sencilla y breve, al derretirse los cubos se convertirán naturalmente en agua lo que provocará una disminución drástica en el sabor original de este tipo de vinos pues éstos tienden a ser dulces y suaves; Agregarle hielo a los tintos depende de tu elección personal pero tampoco te lo recomendamos.
Ahora si, algo básico y sumamente útil que puedes hacer a la hora de querer enfriar tu botella es ponerla directamente al agua del grifo y posteriormente meterla al congelador por no más de media hora. Otra opción bastante viable y que en lugar de degradar potenciará los sabores del vino es colocar fruta previamente congelada en él, ya sean uvas, frambuesas, cerezas negras, etc. tienes que intentar experimentar con distintas variedades, aunque en este sentido te recomendamos hacerlo con mayor frecuencia en sepas dulces.
Finalmente, te contamos que existe una alternativa que podría ser viable si es que te encuentras desesperada por enfriar tu vino pero que en definitiva no luce nada estético y estos son pequeños objetos generalmente de plástico que pueden ser congelados y utilizados en cualquier momento del día.
¿Qué te parece? ¿Cuál de todas las opciones te gusta más?