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De abuelos a millennials: ¿Por qué el brandy está volviendo con fuerza?

Si hay una bebida que ha sido testigo de cenas familiares, partidas de dominó y fiestas por la noche, es el brandy, una bebida espirituosa sofisticada y célebre que tiene una rica historia entrelazada con siglos de tradición, una artesanía muy detallista e innovación. Desde sus humildes orígenes en el siglo XVI hasta su apreciación actual, la evolución del brandy es un testimonio de la dedicación de sus creadores.

Un destilado que, para muchos, evoca recuerdos de sus abuelos tomando una copa despacio. Pero lo que antes parecía pertenecer sólo a generaciones mayores, ahora está resurgiendo con fuerza entre los millennials y la generación Z.

¿La razón? Su historia, su versatilidad en la coctelería y una ola de productores que apuestan por el brandy artesanal.

Un destilado con historia (y alma)

El brandy es una bebida alcohólica destilada que se produce a partir de la fermentación y destilación del jugo de uvas. Su origen se remonta a la Edad Media en Europa, específicamente en las regiones de Cognac y Armagnac, conocidas por sus condiciones climáticas únicas, perfectas para el cultivo de uvas de calidad superior. Aunque se cree que los romanos ya destilaban el vino para crear una bebida más fuerte, el proceso de envejecimiento en barricas de roble y la producción en grandes cantidades no comenzó hasta el siglo XVII.

En ese entonces, los destiladores comenzaron a experimentar con el vino para crear un elixir más concentrado y duradero. Estos pioneros exploraron diversas técnicas para extraer y concentrar la esencia de las uvas. En poco tiempo, se convirtió en una bebida icónica, sobre todo en Francia y España. Su envejecimiento en barricas de roble le da un carácter complejo y elegante, con notas de caramelo, vainilla y frutos secos que conquistan el paladar.

Factores clave para la producción del brandy

Algunas variedades de uvas ideales para la elaboración del brandy son:

  • Ugni Blanc: Ampliamente utilizada en Cognac por su alta acidez y bajo contenido de alcohol.
  • Colombard: Conocida por su perfil afrutado, que agrega complejidad al brandy.
  • Folle Blanche: Antaño dominante en Cognac, valorada por su finura y delicadeza.
  • Baco Blanc: Una variedad híbrida famosa en Armagnac por sus sabores robustos.
  • Cabernet Sauvignon y Merlot: Variedades del Nuevo Mundo que aportan notas de frutos rojos con un paladar suave y flexible.

Para una experiencia óptima, el brandy debe servirse en copas de coñac (también conocidas como inhaladores de coñac). Su diseño con cuenco ancho permite que el líquido se oxigene y libere su bouquet aromático, mientras que la abertura cónica dirige los aromas a la nariz, intensificando sus sabores. Beber brandy no es solo un acto de consumo, sino todo un arte sensorial.

La tendencia del brandy: Lo viejo es lo nuevo

La generación millennial es conocida por su amor por lo “vintage”, desde los vinilos hasta la ropa retro. En el mundo de las bebidas, esta nostalgia también se ha traducido en el renacimiento del brandy. Pero no solo es una cuestión de moda. La autenticidad y la calidad son claves en su resurgimiento.

Los destilados envejecidos tienen un atractivo especial para aquellos que buscan sabores complejos y procesos artesanales. De esta forma, el brandy artesanal ha cobrado relevancia, con pequeños productores que priorizan ingredientes naturales y métodos tradicionales. En países como México y Estados Unidos, marcas independientes están revolucionando el mercado con ediciones limitadas y etiquetas de alta gama.

Coctelería con brandy: Una nueva forma de disfrutarlo

Una de las principales muestras de que el brandy tiene una relevancia atemporal es la reivindicación del destilado como base para cócteles por parte de una infinidad de mixólogos de prestigio.

Es el ingrediente clave de combinados históricos y monumentales como el Sidecar (coñac, licor de naranja tipo Cointreau o Grand Marnier y zumo de limón) o el Vieux Carré (coñac, rye whisky, vermú dulce y bitters), pero también se puede utilizar en lugar del bourbon para preparar un Old Fashioned y darle un toque especial.

Algunos cocteles con brandy que están conquistando los bares son:

  • Brandy Sour: Mezcla de brandy, jugo de limón, almíbar y clara de huevo, ideal para los amantes del equilibrio entre dulce y ácido.
  • Sidecar: Un clásico que combina brandy, licor de naranja y jugo de limón.
  • Brandy Julep: Una versión sofisticada del Mint Julep con brandy en lugar de bourbon.
  • Brandy & Ginger Ale: Perfecto para quienes buscan algo refrescante y fácil de beber.

Este nuevo enfoque ha permitido que el brandy entre en la cultura de la coctelería moderna, despojándose de su imagen “seria” y atrayendo a una audiencia joven y curiosa.

El futuro del brandy: Un destilado con potencial

Su redescubrimiento por parte de los consumidores jóvenes está impulsando a las marcas a innovar con nuevas presentaciones y sabores. Esta en evolución. Algunos productores están experimentando con barricas de diferentes maderas, infusiones y ediciones especiales inspiradas en la alta cocina y la gastronomía.

Además, su versatilidad hace que el brandy pueda integrarse a diversas experiencias de consumo: desde un maridaje con quesos curados hasta una tarde de cócteles en un roof-top de moda.

¡Atrévete a probarlo!

Si aún no le has dado una oportunidad al brandy, este es el mejor momento para hacerlo. Ya sea que disfrutes de un brandy artesanal, te aventures con un cóctel con brandy, o simplemente quieras explorar el mundo de los destilados envejecidos, descubrirás que esta bebida tiene mucho por ofrecer.

Como ocurre con la moda, la gastronomía y la música, todo lo clásico tarde o temprano regresa. Y en este caso… ¡el brandy lo hace con más estilo que nunca!